Creo que necesito un amancer, estoy cansada del atardecer

Me siento mágica, y no sé porque, me siento feliz y no lo entiendo, no hay razones, mi vida no hay encontrado un rumbo aún, sigo en la lucha, y pensar que será así por siempre, no me ayuda, prefiero creer algunas veces que por eso resulto ser especial, no sé si sea un vil embuste para sentirme un poco mejor.
Hoy he abierto mis ojos, desde los 14 años recuerdo una desagradable sensación de que ya era grande, la vivía una y mil veces hasta este año. Abrí los ojos, espero no sea muy tarde, creo que no, tengo 18 años soy muy joven, el hecho de andar con personas viejas no me hace una de ellas, no tengo 40 años y tampoco soy una solterona. Tengo una vida completa por delante y quiero vivirla, quiero hacer locuras, quiero irme un día a la carretera, tomar un bus, sin destino, sin límites, sin preceptos, quiero practicar un deporte extremo, quiero saltar desde un abismo, quiero ser vegetariana, quiero enamorarme, quiero perder uno y mil amores, quiero reír, quiero compartir, quiero equivocarme. Quiero llorar, quiero romper un corazón, quiero que rompan el mío, quiero servir, quiero ayudar a alguien, quiero cantar, quiero escribir mil veces lo que me ha pasado, quiero inventar historias, quiero contar cuentos, quiero conservar mis recuerdos, mi primer amor, quiero leer mis libros favoritos las veces que lo desee, quiero ver películas románticas y llorar. Quiero aprender Francés, Alemán, Italiano, Portugués, Griego, Mandarín y porque no… Turco. Quiero caminar sola… lejos, y también acompañada. Quiero bailar frente al espejo, comer un helado diferente, quiero mandar todo al carajo y empezar de nuevo cada vez que sea necesario, quiero librarme de las cargas que no me dejan seguir, quiero olvidar, perdonar, y sobre todas las cosas en el mundo… quiero ser feliz.